IDIOMA

viernes, 20 de febrero de 2009

"POSTURAS"


Me proyecto siempre a la cima, el objetivo no lo pierdo de vista y lo siento a mi alcance… desde mis inicios pude sentir que había llegado para cosas grandes, mis padres pensaron en eso, siempre entregándome lo mejor y preparándome para un futuro donde todos querrían pasarme por encima.

¡El camino al éxito es largo y se debe recorre paso a pasito! – Siempre lo recuerdo.

Con este tipo de crianza, se curtió mi espíritu competitivo, lamentablemente por cosas del destino, mi físico no me ha acompañado del todo, mi figura no siempre es estilizada o elegante, generalmente estoy inclinada, postura criticada y corregida por expertos. Este es mi punto débil, la postura, es aquella que me perturbada.

Recuerdo mis inicios cuando veía a otros, moverse de distintas formas ágilmente, siempre mi fijación era sus cuerpos, ellas podían moverse a todos lados, las posturas variadas, eran consideradas en todo tipo de actividad. Mientras tanto, pacientemente me debía reservar, solo para aquello donde mi grueso cuerpo me lo permitiera.

Pasó el tiempo y fui aprendiendo que las diferencias, son las que marcan nuestras fortalezas, ya no me acomplejaba mi cuerpo, pude ver mi real propósito. El puesto reservado para mi traía consigo grandes responsabilidades y con ello mayores satisfacciones, logrando tener en el trabajo mi propio espacio con una vista siempre privilegiada desde las alturas, muchos elogiaron el celestial paisaje que tenia desde mis ventanas.

Dirigiendo a diario un número impresionante de personas, con orgullo puedo decir que ayude a muchos a subir más alto…

Siempre en la vida hay gente que nos marca, nunca cruzamos una palabra pero si le preste siempre de forma silenciosa, mi apoyo. Él por muchos años se ubicaba a jugar junto a mi ventana, era solo un niño cuando pasaba tardes completas, mientras sus padres trabajaban, sumido con todos sus juguetes en mundos imaginarios. Lo vi crecer, sin querer oí la conversación donde se atrevió por primera vez a tomarla de la mano y contarle que sentía por ella. También estuve ahí cuando, después de una fiesta, pasado de copas, me dio un empellón saliendo él muy desfavorecido, golpeando fuertemente su cabeza y otras partes de su cuerpo. Ahora, que ya es todo un hombre, le veo llegar a visitar a su madre con unos chiquitines iguales a él.

En silencio soy testigo del paso constante del tiempo, del ir y venir de las personas que sumergidas en sus vidas, hacen todo por seguir escalando y se ponen en alerta cuando están bajando.

Aprendí en este largo camino, mi complejo en un principio ha sido mi real fortaleza y gracias a esta postura, he podido contemplar como la confianza depositada en mí, a estando conmigo en cada peldaño…

1 comentario:

  1. Exactamente lo que cuentas es lo que les ocurre a los paracaidistas antes de lanzarse al vacío. Pero no se detienen y siguen adelante. Haz lo mismo.

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